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Crónicas de un soñador

Te vas alejando, de a poco.
Vas parpadeando, intentando no dejar de verlos.
(Sin conseguirlo)

Después sentís que sus voces suenan, distantes.
Los escuchás, ¡como un eco!.
(Como el eco de un eco)

Poco a poco dejás de entender lo que dicen, un eco, que se aleja.
Escuchás el eco, pero no el primero que suena, y escuchás después.
No sabés lo que dicen, no le prestás mucha atención...

Ya tenés los ojos cerrados, el peso de tus párpados terminó venciendo.
Podés ver y oir cosas, que del otro lado no.

Ya estás durmiendo.

1 comentario:

Salada dijo...

=) Esa somnolencia del 'antes de estar dormido' es lo mejor, las barreras se bajan y si alguien pregunta contestas sin inhibiciones, o siento un boludo mas o menos jajaa..

Lindo.. muy lindo